🍀 Principios para liderar
Cómo convertirte en un autentico líder usando los 9 principios de Dale Carnegie
Volvamos a la esencia…
En 1936, Dale Carnegie escribió el libro “Cómo ganar amigos e influir sobre las personas”.
Desde entonces, hemos leído las mismas cosas dichas de mil formas.
Hemos aprendido y descubierto muchas cosas sobre la interacción entre personas, sobre las claves de la inteligencia emocional y la inteligencia social, incluso sobre las bases neurológicas de los procesos implicados, las hormonas y neurotransmisores que fluyen cuando interactuamos con otras personas.
Sin embargo, aunque hayan pasado más de 87 años, el libro de Dale Carnegie sigue siendo un bestseller, con claves que siguen vigentes, y son aplicables al trabajo en equipo, al liderazgo, a las relaciones comerciales y personales.
Una aportación básica de Dale Carnegie es que fue promotor de lo que en la actualidad se conoce como la asunción de la responsabilidad personal (es posible cambiar el comportamiento de los demás si cambiamos nuestra actitud hacia ellos).
De hecho, es una de las bases de la proactividad como habilidad base de la inteligencia emocional y social.
Si nos centramos en nuestro círculo de influencia encontraremos las claves de aquello que podemos cambiar (en lugar de centrarnos en nuestro círculo de preocupación, en el que no podemos cambiar casi nada).
Una de sus frases más inspiradoras es la siguiente:
“Puedes hacer más amigos en dos meses mostrando interés en otras personas, que los que conseguirías en dos años intentando que se interesen ellos por ti”.
Por eso, te aseguro (y mucha gente no lo cree hasta que lo hace) que si pones en práctica los 9 principios que nos propone Dale Carnegie para “demostrar” liderazgo te sorprenderán los resultados.
Parecen simples, a veces demasiado simples, pero son muy poderosos:
Principios para demostrar liderazgo de Dale Carnegie
#1. Empieza con un elogio y aprecio sincero
La palabra más importante en esta frase es “sincero”. La honestidad es una de las cualidades esenciales de un líder.
Nuestras palabras ejercen una enorme influencia, por eso resulta fundamental ser sinceros, también cuando mostramos nuestro reconocimiento y aprecio.
Poner un ejemplo muy concreto respalda nuestros elogios de una manera muy efectiva. De esta forma, refuerzas las acciones y resultados que quieres obtener de las otras personas en el futuro.
Como líder, es importante ser creíble. Asegúrate de no repartir elogios sin ton ni son. Evita la falsa adulación.
Cuando reconocemos el valor que una persona tiene para nuestra empresa, equipo o grupo, creamos un ambiente positivo y propicio para abrir la comunicación.
#2. Si alguien comete un error, llámale la atención de forma indirecta
Las personas solemos ponernos a la defensiva ante cualquier crítica, y lo hacemos con facilidad y de forma inconsciente. Por eso, cuando llames la atención a alguien, hazlo de forma indirecta, de manera que la persona sea consciente de su equivocación sin sentirse atacada.
Todos comentemos errores. Un buen líder utiliza las habilidades de relaciones humanas para lidiar con el error de una manera provechosa y para que éste pueda convertirse en una experiencia de aprendizaje y mejora.
#3. Habla de tus propios errores antes de criticar los de los demás
Otra forma de suavizar el impacto de una equivocación es sacar a relucir los propios errores. No sólo ilustran el viejo adagio de que “nadie es perfecto”, sino que además puede ser una oportunidad para mostrar cómo todos aprendemos y mejoramos gracias a ellos.
Asumir los errores y sus consecuencias, aprender de ellos y seguir adelante es un hábito que demuestra capacidad de liderazgo.
#4. Haz preguntas en lugar de dar ordenes
Al formular una pregunta, dejamos que nuestros colaboradores y empleados “rellenen por sí mismos los espacios en blanco”.
¿Qué significa esto exactamente?
Significa que tu empleado, alumno o subordinado, al responder a la pregunta, se compromete personalmente con la decisión tomada.
Cuando las personas acatan órdenes sin más, no se implican en el proceso y, de ese modo, eluden la responsabilidad y no se involucran con el resultado.
#5. Nunca coloques a alguien en una posición que pierda su prestigio
Esta es una de las habilidades de dirección y liderazgo más críticas.
Cuando surge un problema o se produce un error, los empleados pueden tomarlo como algo personal. En especial, aquéllos que están más comprometidos y realmente se preocupan por su trabajo.
Si les ofrecemos apoyo y sabemos salvaguardar su buena imagen, les ayudamos a salir airosos del trance y nos ganamos así su confianza.
#6. Elogia todo progreso, pequeño o grande. Sé espléndido en el reconocimiento
Un buen líder se expresa con emotividad y se muestra generoso en sus elogios.
Debemos mostrar nuestra admiración de forma concreta y específica. Todas las personas, en el fondo de nuestro corazón, queremos reconocimiento cuando hacemos bien las cosas. Está en la base de la naturaleza humana el deseo de retroalimentación positiva.
Además, cuando estamos formando a nuestros empleados o alumnos, los elogios actúan como una fuerza que impulsa a las personas hacia la consecución de sus objetivos.
#7. Atribuye a la otra persona una buena reputación para que se interese en mantenerla
Si las personas saben que creemos en ellas, que valoramos sus aptitudes y capacidades, se esforzarán por demostrarnos que tenemos razón. Es el “Efecto Pigmalion”.
Elogiar y dar ánimo sirve para reforzar las acciones que queremos que se repitan.
Cuando utilices este principio, asegúrate de que el objetivo o la tarea es alcanzable por la persona en cuestión.
#8. Motiva a los demás. Haz que los errores parezcan fáciles de corregir
Otra estrategia de comunicación interpersonal muy efectiva es la de buscar soluciones, en lugar de centrarse en los errores.
Incluso los mejores empleados cometen errores. Los errores pueden erosionar la confianza y el compromiso.
Resulta fundamental ayudar a los empleados o alumnos a superar los errores para seguir adelante de una manera productiva. Mediante el desarrollo de estos rasgos de liderazgo, proporcionamos la motivación necesaria para recuperar rápidamente una situación de normalidad.
#9. Procura que la otra persona se sienta satisfecha de hacer lo que tu sugieres
De todas las habilidades de relaciones humanas, ésta es la menos específica.
Como líderes, debemos conocer a las personas que trabajan con nosotros. Escucharlas atentamente. Conocer sus deseos, obstáculos, problemas y opiniones.
Ello nos permitirá conocer con qué proyectos y tareas pueden sentirse más comprometidos.
No hables de lo que quieres. Escucha, y piensa donde esta el punto en comun donde confluyen tus intereses con los de la otra persona.
A nadie le interesa lo que tú quieres. Solo te interesa a ti.
Por tanto, ¿por qué no intentar que la otra persona esté encantada de hacer lo que tú propones porque a ella también le interesa?
Y, para lograrlo, solo existe un truco. Es el mejor “secreto” de coaching que oirás:
Escucha atentamente a la persona con la que hablas
Un fuerte abrazo
🧑💻 Emilio
Con respecto a la segunda (#2. Si alguien comete un error, llámale la atención de forma indirecta), añadiría que si tiene sentido, que se haga en privado.
Como regla de oro:
- Reconocimiento en público
- Comentarios de mejora en privado
PD: Al "Cómo ganar amigos" le tengo especial cariño porque fue el primer libro de desarrollo personal que me leí. De jovencito o incluso de niño (no recuerdo bien).
Son principios que responden a la naturaleza humana, y por lo tanto son imperecederos.
Se pueden aplicar incluso con las interacciones en LinkedIN